Benzodiazepinas
Las benzodiazepinas (también llamadas “benzos”) son una clase de agentes que actúan en el sistema nervioso central y se usan para una variedad de afecciones médicas.
Actúan sobre receptores específicos del cerebro, llamados receptores del ácido gamma-aminobutírico A (GABA-A). Las benzodiazepinas se adhieren a estos receptores y hacen que los nervios del cerebro sean menos sensibles a la estimulación, lo que tiene un efecto calmante.
Las benzodiacepinas se pueden utilizar para tratar: abstinencia de alcohol, ansiedad, como relajante muscular, trastorno de pánico, convulsiones.
Efectos secundarios comunes asociados con las benzodiazepinas son: sedación, mareos, debilidad e inestabilidad. Otros efectos secundarios incluyen: somnolencia transitoria que se experimenta comúnmente durante los primeros días de tratamiento, sensación de depresión, pérdida de orientación, dolor de cabeza, alteraciones del sueño, confusión, irritabilidad, agresión, excitación y deterioro de la memoria.
Todas las benzodiazepinas pueden provocar dependencia física. La interrupción repentina del tratamiento después de unos meses de tratamiento diario puede estar asociada con síntomas de abstinencia, que incluyen un sentimiento de pérdida de autoestima, agitación e insomnio. Si se toman benzodiacepinas de forma continua durante más de unos pocos meses, suspender repentinamente el tratamiento puede producir convulsiones, temblores, calambres musculares, vómitos y sudoración. Para evitar los síntomas de abstinencia, la dosis de benzodiazepinas debe reducirse lentamente.