El sesgo cultural es el proceso en el que tendemos a juzgar otros fenómenos en función de nuestras propias preferencias culturales o de las normas de una cultura en particular.
Esto ocurre debido a variaciones en los patrones en los que interactúan los humanos. Hay sistemas (técnicos, lingüísticos, sociales, culturales, económicos y otros) que son inherentes a grupos particulares. Es cuando hay intercambio de comunicación, o a través de cualquier exposición a un entorno cultural extranjero, que la gente tiende a desarrollar un sesgo cultural.
Incluye lo que llamamos conceptos erróneos, prejuicios o creencias que poseemos hacia otras personas, comunidades o países. Diversos medios como libros, películas, viajes, comida o estilo de vida nos presentan aspectos desconocidos que existen en el mundo exterior. El sesgo cultural, por tanto, es como ver al "otro" con "nuestras" gafas puestas. Algunos ejemplos de influencias culturales que pueden generar sesgos incluyen:
Los científicos sociales, al igual que los psicólogos, economistas, antropólogos y sociólogos, buscan identificar diferencias culturales en sus investigaciones para informar mejor su interpretación de los datos. Por ejemplo, un economista podría intentar explicar las disparidades en la esperanza de vida entre diferentes grupos o comunidades culturales a través de la lente de los sesgos culturales en el sistema de salud.
Microagresiones como acciones y comentarios que perpetúan la opresión sistémica y los prejuicios culturales en el lugar de trabajo. Un microinsulto puede tomar la forma de un comentario estereotipado sobre otra raza, a menudo pronunciado por personas que no reconocen su propio racismo interiorizado. Las macroagresiones son símbolos racistas, bromas hostiles o trato desigual en el lugar de trabajo, como un gerente blanco parcial que ignora las sugerencias de un empleado negro talentoso.
Cómo mantener tus creencias bajo control
El miedo es una razón importante por la que no desafiamos nuestros prejuicios culturales y nos mantenemos alejados de lo que tememos. El primer paso para mantener tus creencias bajo control es ser consciente de ellas. Como un intento por comprender mejor su mente, desafíe sus prejuicios culturales y cuestione su verdad y origen. Así es cómo: